El son de un polo suave, con sus diez versos de ocho sílabas cada uno, forman el aura feliz y autóctona que representa la Isla de Margarita, o como le dicen los locales, "láisla". El calor de mediodía con el sol pelao' se ve como el paraíso para los europeos, quienes reposan como camarones insolados en las orillas de las playas que se ven por la carretera, pero para los que viven por allí en un verano eterno, la sombra de una palmera o una silla a la entrada de la casa (En la acera de la calle) se ve como una propuesta un tanto más tentadora.
Margarita es una isla turística, con grandes centros comerciales, me atrevo a decir que más grandes y con más variedad de tiendas incluso que en la ciudad capital, que de unos años para acá se ha modernizado en muchos sentidos, siendo sinónimo para los visitantes de playa, tiendas, licores y chocolates baratos. Sin embargo, en su gran mayoría, la isla sigue estando congelada en sus más puros orígenes pescadores y pueblerinos, con mujeres que hacen empanadas y hombres que salen a pescar por meses, y regresan con calamares, toritos y cazones. Es una esencia hermosa e ignorada por muchos, que al conocerla hace que te enamores de un modo especial de ésta pequeña parte del país.
A la sombra se sientan los vecinos a discutir las últimas noticias, quién salió con cuál muchachita, que la temporada de turistas ya se acerca o que la época está floja y se está vendiendo poco. Es de lo más común ver a abuelitas en batolas, jefas de la casa, sentadas bien arregladitas con sus kilitos de más, balanceándose en sus mecedoras, escuchando las letras alegres y a la vez melancólicas de un polo que narra desamores entre el hombre y el mar.
La garza prisionera no canta cual solía cantar
en el espacio sobre el dormido mar
su canto entre cadenas es canto de agonía
por qué te empeñas pues Señor su canto en prolongar
Común también es escuchar por las calles sones de cumbias y vallenatos, que adulteran la esencia venezoana mezclándola con la de nuestros numerosos vecinos, pobladores numerosos de éstos pueblos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario